ARISCO (E)
Miguel Tapias Tudó, propietario de una empresa metalúrgica, de maquinaria y herramientas, con sede en Terrassa, provincia de Barcelona, en 1962, comenzó a proyectar vehículos de competición para la Fórmula IV, del que sería uno de los pioneros de Europa; tras el fracaso, en 1967, se paso a los Karts, equipados con motores propios de 100 cc monomarcha, al que en 1974 seguiría el "D-19" para correr en la nueva categoría nacional y poco después el "C-75", apto para correr en la categoría internacional, también fabricada sus propios bastidores, bajo el nombre de marca MTK.
Dado que en aquellos años los fabricantes japoneses - básicamente YAMAHA - invadían el mercado de la motocicleta de competición, además del proteccionismo industrial, para conseguirlas se precisaban de permisos especiales y a unos precios desorbitados, era una alternativa el fabricar una motocicleta de competición asequible.
Por ello M. Tapias, a partir de 1977 inició la fabricación de motocicletas, con motor basado en sus karts de 100 cc modificados, construyendo una bicilíndrica de 250 cc pero de dos cilindros independientes superpuestos, admisión por disco rotativo en cada uno de los cilindros, con dos cigüeñales, dos encendidos electrónicos Motoplat y refrigerada por aire. El cárter fundido en arena tenía un plano de apertura vertical y transversal a la marcha, y el embrague estaba fuera, refrigerado por aire. Como los cilindros estaban pegados, los escapes salían por arriba y por debajo, con espacios completamente independientes. El conjunto se completaba con un bastidor tubular de acero de Ø 20 mm y un basculante con la misma estructura, que incorporaba un sistema cantilever con un amortiguador Selex de automóvil.
Fue presentada en la Feria de Muestras de Barcelona de 1977 y a la venta en 1978.
La gestación de la primera Arisco fue bastante lenta debida a los pocos medios de Tapias, y también a su empeño inicial en convertirla en una moto de serie, algo que no logró porque se topó con múltiples problemas para lograr la homologación. Finalmente se rindió y decidió concentrarse en la versión de carreras, mejorándola poco a poco y corriendo con ella en España en diferentes campeonatos, aunque sin llegar a la altura de las YAMAHA TZ.
La Arisco era competitiva, pero también bastante frágil, pasando de una potencia de 45 CV iniciales a unos 50 CV, pero era una moto artesanal, construida prácticamente sin controles de calidad y habitualmente algo fallaba. De todos modos, en aquellos años, era una verdadera joya, hasta el punto de que sirvió como reclamo en el Criterium Solo Moto de 1978, en el que precisamente esta unidad, fue el premio del ganador del campeonato, Mingo Gil - que compitió con una Montesa BLITZ (Barcelona) - posteriormente fue uno de nuestros mejores pilotos catalanes.
En 1980 se creó un nuevo bastidor monocasco de aluminio mucho más rígido y pequeño, se instalaron cilindros refrigerados por agua, y se pusieron muchas ilusiones en crear una motocicleta apta para las carreras nacionales. Pero el mundo había cambiado, y la artesanía ya no tenía cabida frente a las grandes industrias, que podían ofrecer productos fiables y competitivos a precios similares, de manera que la segunda versión prácticamente no tuvo historia. La producción fue escasa, cesando aquel mismo año.